Dopesick (Disney Plus) es una serie que reúne todos los elementos para generar adicción en el espectador. Todos conocemos, o al menos deberíamos conocer, la historia de la epidemia de opioides que asoló Estados Unidos hace muy pocos años.
Una epidemia de adicción y sobredosis de opiáceos en la que 72.000 estadounidenses perdieron la vida. Personas normales, trabajadoras, a las que sólo les aquejaba un dolor. Nada más. Y que recibieron la promesa de que un nuevo analgésico acabaría con él. Sin riesgos de adicción ni efectos secundarios. Pero pronto comprobaron que sus vidas habían dejado de ser suyas.
«Dopesick” tiene como objetivo llenar ciertos vacíos a los que nadie parece prestar atención sobre el auge del fármaco opioide: OxyContin de Purdue Pharma. Inspirada en el libro «Dopesick: Dealers, Doctors, and the Drug Company That Addicted America» de la periodista Beth Macy, la miniserie es un relato ficticio de esta tragedia, que mezcla figuras de la vida real con personajes reales cuyas vidas se vieron afectadas, cuando no destruidas.
Creada por Danny Strong («Empire», «Game Change») y protagonizada por Michael Keaton , «Dopesick» es un duro alegato contra la forma de actuar de las grandes farmacéuticas, pero también contra el sistema de atención médica y la larga inacción de las autoridades gubernamentales. Implacable en su tragedia, ironía y crítica, la serie abarca desde mediados de la década de 1990 hasta mediados de la década de 2000 a medida que esta crisis se va intensificando en todo el país. Una serie devastadora que, aunque a veces se vuelve moralista y lenta, refleja un retrato vívido y conmovedor de una tragedia estadounidense de la que no puedes apartar la vista.
Cabe destacar el papel que desempeñan, Michael Keaton y Kaitlyn Dever, que nos ayuda a entender como se vivió la introducción y expansión del consumo de opiaceos a finales de los años 90. Los diversos personajes que se suceden a lo largo de los capítulos, van mostrando el dolor y la devastación que este fármaco, dispensando como si se tratara de un inofensivo analgésico, causó para miles de familias estadounidenses.
En el lado opuesto, disfrutaremos del magnífico papel que encarna Michael Stuhlbarg, empeñado en conseguir, con éxito, que consigas odiarle, al igual que sucede con todos los visitadores médicos que, sin ningún escrúpulo, ayudaron a generar una tormenta perfecta que desembocó en la muerte de muchos inocentes que desconocían las consecuencias que les acarrearía comenzar a consumir lo que les era presentado como un inocente analgésico.
“Dopesick” no es una película de terror con bichos CGI. Está basada en una historia real donde los monstruos estaban escondidos detrás de abogados y comerciales, dentro de botecitos blancos de plástico, y en una enfermedad que no entendíamos.
No es una serie en la que el espectador termine de ver con un buen sabor de boca. Al contrario. La sensación real de que todo lo sucedido pueda volver a repetirse queda sobre la mesa, como una amenaza tan real como silenciosa. Os animamos a verla.